La inteligencia artificial (IA) está transformando nuestras vidas, desde los asistentes virtuales hasta la manera en que se manejan los servicios financieros y la salud. Ante esta creciente influencia, la Unión Europea ha dado un paso importante al poner en marcha una ley pionera sobre la IA. Esta nueva legislación pretende regular el uso de la inteligencia artificial para garantizar que sea segura, ética y beneficiosa para todos los ciudadanos. ¿Pero qué significa esto para el día a día y para el futuro de la tecnología en Europa?
¿Por qué esta ley es tan importante?
Desde mayo de 2024, se ha hablado mucho de esta nueva ley que finalmente entró en vigor en agosto de 2024. La razón es simple: Europa es la primera región del mundo que se atreve a regular de forma tan extensa una tecnología tan compleja como la IA. La ley establece normas claras para asegurarse de que el desarrollo y uso de estas tecnologías se lleven a cabo con respeto hacia la seguridad, los derechos humanos y la ética.
Esta ley tiene un enfoque basado en el riesgo; clasifica los sistemas de IA en diferentes categorías según los riesgos que puedan representar para la sociedad. Desde aplicaciones completamente prohibidas hasta aquellas que deben cumplir con medidas específicas de seguridad. De esta forma, se asegura que la IA pueda crecer y mejorar nuestras vidas sin poner en riesgo nuestros derechos fundamentales.
¿Qué cambiará con esta ley?
La ley divide los sistemas de IA en tres categorías principales según el nivel de riesgo: riesgo inaceptable, alto riesgo y bajo riesgo. Cada una de estas categorías tiene regulaciones diferentes, y aquí está cómo se aplican:
– Riesgo inaceptable: Esta es la categoría más estricta y engloba las aplicaciones de IA que se consideran demasiado peligrosas para los derechos fundamentales de las personas. Por ejemplo, sistemas de puntuación social (como los usados en China) que clasifiquen a las personas según su comportamiento o características personales están completamente prohibidos en Europa. Estos sistemas pueden influir negativamente en la vida de las personas, afectando su acceso a servicios públicos o beneficios.
– Alto riesgo: Esta categoría incluye sistemas de IA que, aunque no estén prohibidos, pueden tener un gran impacto en los derechos fundamentales. Por ejemplo, la IA usada en el ámbito médico, en finanzas o para evaluar la solvencia de personas entra dentro de esta categoría. Para estos sistemas, la ley establece reglas estrictas que obligan a realizar evaluaciones de riesgos, mantener transparencia y ofrecer garantías para proteger a los usuarios.
– Bajo riesgo: Las aplicaciones que no tienen un impacto significativo sobre los derechos fundamentales se consideran de bajo riesgo. Por ejemplo, los asistentes virtuales y los chatbots están en esta categoría. Aunque no están sujetos a las mismas regulaciones estrictas que las anteriores, aun así se exige que los desarrolladores sean claros con los usuarios sobre el uso de IA.
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¿Por qué regular la IA?
El objetivo principal de la Unión Europea con esta ley es garantizar que la tecnología avance, pero de forma responsable. No es suficiente tener innovaciones increíbles si estas ponen en riesgo nuestra seguridad o nuestros derechos. Así, la ley se enfoca en evitar que la IA sea utilizada de maneras que puedan manipular o perjudicar a las personas. Por ejemplo, evita que la IA pueda ser usada para la vigilancia masiva sin la debida justificación y asegura que los sistemas biométricos sean usados con restricciones claras para prevenir abusos.
La IA Con propósitos generales
Otro aspecto clave de la ley es el tratamiento de la IA de uso general, como la IA generativa (por ejemplo, sistemas que generan textos, imágenes o vídeos). Estos sistemas, como el ChatTGPT de OpenAI o Gemini de Google, también están regulados para asegurarse de que se utilicen de manera ética. Los modelos de IA que generan contenido deben ser transparentes sobre cómo se crean estos resultados, y, lo que es más importante, se debe tener especial cuidado para que no se vulneren los derechos de autor. Esto significa que los datos utilizados para entrenar a la IA deben respetar las leyes de propiedad intelectual.
Protección de derechos y ciberseguridad
Otro aspecto relevante de la ley es la ciberseguridad. La IA tiene un enorme potencial, pero también podría ser usada para fines maliciosos. Por eso, esta legislación incluye normas para garantizar la seguridad desde el diseño de los sistemas. Por ejemplo, cualquier empresa que desarrolle o implemente IA deberá seguir pautas de desarrollo seguro y garantizar que sus sistemas sean resistentes a posibles ataques cibernéticos. Además, se busca evitar la creación de «deepfakes» y la automatización de ciberataques, estableciendo una clara línea sobre qué usos son aceptables y cuáles no.
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¿Qué significa todo esto para el futuro?
El hecho de que Europa sea la primera en regular de esta forma la IA tiene grandes implicaciones. Por un lado, establece un estándar global: otras regiones del mundo probablemente tomarán como referencia esta legislación para implementar sus propias normas. Por otro lado, garantiza que las empresas que operan en Europa desarrollen sus tecnologías de manera ética y responsable.
Esto también significa que los consumidores europeos pueden confiar en que los sistemas de IA que utilizan están sometidos a revisiones y controles, garantizando su seguridad y protección. Sin embargo, también es un desafío para las empresas, que deberán adaptarse a estas regulaciones si quieren operar en el mercado europeo.