En el contexto actual, donde la tecnología avanza a velocidades inimaginables y el mercado exige adaptación constante, el mayor reto para muchas empresas no es incorporar herramientas digitales, sino transformar su propia mentalidad. Llevo años trabajando con pymes y negocios tradicionales, y si algo tengo claro, es que el verdadero progreso no se logra solo cambiando procesos: requiere que las personas evolucionen y abracen una nueva forma de pensar, liderar y trabajar.
La mentalidad tradicional suele estar muy anclada en la rutina, en lo que “siempre ha funcionado” y en la gestión desde la experiencia acumulada más que desde el aprendizaje continuo. Y aunque ese legado es valioso, puede convertirse en un freno ante las nuevas oportunidades: digitalización, innovación, análisis de datos, automatización, inteligencia artificial… Todas estas palabras suenan lejanas si la mentalidad no está preparada para el cambio.
¿Qué aporta el mentoring en la transformación real?

El mentoring, para mí, es la palanca que ayuda a desbloquear ese potencial y rompe las barreras que frenan el avance. No se trata de impartir una formación técnica aislada o de ofrecer un informe de consultoría: el mentoring es acompañamiento real, humano y estratégico; es estar al lado de líderes y equipos para ayudarles a repensar la empresa desde nuevos ángulos y con herramientas prácticas.
Un mentor no solo transmite conocimiento: provoca preguntas, impulsa una visión crítica, acompaña en momentos de resistencia y, sobre todo, ayuda al empresario o gestora a salir de la zona de confort sin perder su esencia y valores.
Diagnóstico: detectar creencias limitantes
Lo primero que aporto en todo proceso de mentoring es el diagnóstico. Detectar dónde están los bloqueos, los miedos y las creencias limitantes. ¿Qué frases escucho? “Eso aquí nunca funcionará”, “Nuestros clientes no usan esas tecnologías”, “No tenemos tiempo para probar cosas nuevas”, “El personal no está preparado”. Justo aquí empieza el verdadero proceso de transformación.
Mi experiencia demuestra que muchas veces, tras esas frases, hay desconocimiento, miedo al cambio o una falsa percepción de complejidad. Aquí el mentoring ayuda a bajar el proceso a tierra, mostrar ejemplos reales y abrir pequeños caminos de evolución progresiva.

Pequeños pasos, grandes resultados
La clave es la personalización. Nada de recetas universales. En negocios tradicionales, el mentoring debe entrar paso a paso: validar una idea digital, probar una herramienta sencilla, dar espacio al equipo para experimentar… Cada avance, por pequeño que parezca, consolida la confianza y demuestra que sí es posible cambiar.
Algunos hitos que trabajamos en los programas de mentoring:
– Introducción de la toma de decisiones basada en datos y no solo en intuiciones.
– Revisión de procesos para identificar qué puede digitalizarse y qué necesita mantenerse como está.
– Formación directa al equipo, resolviendo dudas en tiempo real y generando espacios para la participación y el aprendizaje colectivo.
Liderazgo: el motor de la transformación

Uno de los puntos centrales es el desarrollo de las capacidades de liderazgo en la dirección, mandos intermedios y personal clave. Una empresa puede invertir en tecnología, pero sin líderes dispuestos a evolucionar, cualquier esfuerzo será en vano.
Ayudo, desde mi experiencia, a los directivos a entender su papel en la transformación, en la motivación y el acompañamiento de sus equipos, y en el impulso de una cultura abierta al cambio. Aquí el mentoring se une a la formación y la consultoría, generando procesos integrales de reflexión, acompañamiento y acción.
El papel de la tecnología: catalizador, no protagonista
Digitalizar o innovar no es cuestión de “tener la última aplicación”. Es entender cómo esa tecnología puede responder a necesidades reales, mejorar procesos, liberar tiempo y aumentar la rentabilidad. El mentoring enseña a mirar la tecnología como herramienta, no como objetivo.
– Desde la gestión digital de clientes a la automatización administrativa.
– De la promoción en redes sociales a la analítica de datos y la toma de decisiones rápida.
La tecnología debe ser un catalizador de las capacidades humanas. Un mentor enseña a integrar esa visión para aprovechar el presente y prepararse para el futuro.
Avanzando juntos: mentoring como relación continua

Hay algo más que diferencia el mentoring de otros servicios: el acompañamiento constante. El mentor escucha, orienta, comparte aprendizajes y recursos, sigue los avances y ayuda a superar los obstáculos que aparecen en el camino. La relación es personal, cercana y basada en la confianza: es, en definitiva, una inversión en crecimiento humano y profesional, mucho más allá de las modas tecnológicas del momento.
Testimonios: cuando la transformación es palpable
A lo largo de estos años, muchos negocios tradicionales han dado el paso. Han modernizado procesos sencillos, han descubierto el potencial de internet o simplemente han aprendido a analizar sus resultados de otra manera. Algunos lograron crecer, otros sobrevivieron en momentos críticos, y otros, sencillamente, encontraron nueva motivación y orgullo en la manera de trabajar.
Cierra el ciclo: ¿Te atreves a transformar tu mentalidad?
No importa el tamaño de tu empresa ni el sector: el cambio real requiere decisión y acompañamiento. El mentoring que ofrezco es la herramienta para derribar barreras mentales y avanzar con seguridad en la digitalización y la innovación, manteniendo el carácter y valores de los negocios de siempre, pero con visión de futuro.